En mi experiencia como origamista y educador he podido comprobar que este arte de origen oriental produce un efecto motivante las personas. El aprender a hacer figuras, con sólo doblar papel, aumenta el autoestima tanto de niños como de personas adultas.
El darle vida a un papel o hacer florecer en nuestras manos una flor pueden acercarnos al arte y su apreciación estética. Por otro lado las conexiones neuronales producidas por la práctica del origami son muy parecidas a las que genera la matemática, con la diferencia que doblar papel es mucho más entretenido y motivante.
"El origami es la magia de la geometría escondida en un cuadrado de papel"
http://origamichile.cl/museo/02figuras/hernan_sandoval/index_hernan.html
